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martes, 31 de marzo de 2015

POEMA DÍA XXXI/III/2015: "Donde pongo la vida pongo el fuego",Ángel González

POEMA DÍA XXXI/III/2015: "Donde pongo la vida pongo el fuego";
Ángel González 





DONDE PONGO LA VIDA PONGO EL FUEGO


Donde pongo la vida pongo el fuego


de mi pasión volcada y sin salida.


Donde tengo el amor, 

toco la herida.


Donde pongo la fe, 

me pongo en juego.


Pongo en juego mi vida, 

y pierdo,

y luego


vuelvo a empezar, 

sin vida, 

otra partida.


Perdida la de ayer, 

la de hoy perdida,


no me doy por vencido,

 y sigo,

 y juego


lo que me queda:

 un resto de esperanza.


Al siempre va. 

Mantengo mi postura.


Si sale nunca, 

la esperanza es muerte.



Si sale amor, 

la primavera avanza.


Pero nunca o amor,

 mi fe segura:


jamás o llanto, 

pero mi fe fuerte.

lunes, 30 de marzo de 2015

POEMA DÍA XXX/III/2015:"De marzo del 79"; Tomas Tranströmer

POEMA DÍA XXX/III/2015:"De marzo del 79"; Tomas Tranströmer



De marzo del 79 

Cansado de todos los que llegan con palabras,
 palabras, 
pero no lenguaje, 
parto hacia la isla cubierta de nieve. 
Lo salvaje no tiene palabras. 
¡Las páginas no escritas se ensanchan en todas direcciones! 
Me encuentro con huellas de pezuñas de corzo en la nieve. 
Lenguaje,
 pero no palabras.

Versión de Roberto Mascaró
De "La plaza salvaje" 1983
Nórdica Libros S.A. 2010

viernes, 27 de marzo de 2015

POEMA DÍA XXVII/III/2015:"Secreto", Tanikawa Shuntaro

POEMA DÍA XXVII/III/2015:"Secreto", Tanikawa Shuntaro



Secreto

Alguien oculta algo.
No sé quién,
no sé qué.
Si lo supiera lo sabría todo.
Aguanto la respiración y escucho
el rumor de la lluvia por el suelo.
Algo estará ocultando.
Cae para que sepamos su secreto
pero no puedo descifrar su código.
Me escurro en la cocina,
husmeo,
veo la espalda de mi madre.
También oculta algo.
Piensa en sus cosas mientras ralla un rábano.
Me intrigan los secretos
pero nadie me cuenta nada.
Me asomo al agujero de mi pecho:
sólo veo, 
nublado, 
el cielo negro.

jueves, 26 de marzo de 2015

POEMA DÍA XXVI/III/2015: "El poema"; Herberto Helder

POEMA DÍA XXVI/III/2015: "El poema"; Herberto Helder




EL POEMA

I

Un poema crece inseguro

en la confusión de la carne.

Sube aún sin palabras, 

sólo ferocidad y placer,

tal vez como sangre

o sombra de sangre por los canales de ser.



Fuera existe el mundo.

Fuera, 

la espléndida violencia

o los granos de uva de donde nacen

las raíces minúsculas del sol.

Fuera,

los cuerpos genuinos e inalterables

de nuestro amor,

los ríos, 

la gran paz exterior de las cosas,

las hojas durmiendo el silencio

— la hora teatral de la posesión.



Y el poema crece tomando todo en su regazo.

Y ya ningún poder destruye el poema.

Insustentable, 

único,

Invade las órbitas, 

la superficie amorfa de las paredes,

y la miseria de los minutos,

y la fuerza equilibrada de las cosas,

y la redonda libre armonía del mundo.

—Abajo, 

el instrumento perplejo ignora

la dificultad del misterio.



—Y el poema se hace contra el tiempo y la carne.

miércoles, 25 de marzo de 2015

POEMA DÍA XXV/III/2015:"El cansancio",Chantal Maillard

POEMA DÍA XXV/III/2015:"El cansancio",Chantal Maillard



El cansancio

El cansancio. 
De nuevo, 
el
cansancio. 
El esfuerzo por
sobrevivir. 
Reiterado

Observar las nubes.
Dentro.
Barrer.
Dentro.

Elegir quedar.

Toda nube
lleva una trayectoria. 
Asumir
la trayectoria. 
Imposible
barrer todo siempre. 
Está el
cansancio.

Aunque también el de
las trayectorias. De ver pasar las nubes.
También ese cansancio.

Entonces,
por un momento,
 ahora.
Sin voluntad. 
Y casi está bien.
Hasta pensar el estar bien y convertirlo
en nube. 
En trayectoria.

De "Hilos" 2007

martes, 24 de marzo de 2015

POEMA DÍA XXIV/III/2015:"Otro tiempo vendrá distinto a este"; A.González.

POEMA DÍA XXIV/III/2015:"Otro tiempo vendrá distinto a este"; A.González.



OTRO TIEMPO VENDRÁ DISTINTO A ESTE.


Otro tiempo vendrá distinto a éste.

Y alguien dirá:

«Hablaste mal. 

Debiste haber contado

otras historias:

violines estirándose indolentes

en una noche densa de perfumes,

bellas palabras calificativas

para expresar amor ilimitado,

amor al fin sobre las cosas

todas».

Pero hoy,

cuando es la luz del alba

como la espuma sucia

de un día anticipadamente inútil,

estoy aquí,

insomne, 
fatigado, 
velando

mis armas derrotadas,

y canto todo lo que perdí: 

por lo que muero.

lunes, 23 de marzo de 2015

POEMA DÍA XXIII/III/2015:"Silogismos de Amargura". Cioran

POEMA DÍA XXIII/III/2015:"Silogismos de Amargura". Cioran.



Silogismos de Amargura


El pesimista debe inventarse cada día nuevas razones de existir: es una víctima del «sentido» de la vida.

*

En este «gran dormitorio», como llama un texto taoísta al universo, la pesadilla es la única forma de lucidez.


*

Para vengarnos de quienes son más felices que nosotros, les inoculamos -a falta de otra cosa- nuestras angustias. 
Porque nuestros dolores, 
desgraciadamente, 
no son contagiosos.

*

Fuera de la dilatación del yo, 
fruto de la parálisis general,
 no existe ningún remedio contra las crisis del abatimiento, contra la asfixia de la nada, 
contra el horror de no ser más que un alma dentro de un salivazo.
Aunque pudiera luchar contra un ataque de depresión, 
¿en nombre de qué vitalidad me ensañaría con una obsesión que me pertenece, que me precede?. 
Encontrándome bien, 
escojo el camino que me place; 
una vez «tocado», 
ya no soy yo quién decide:
es mi mal. 
Para los obsesos no existe opción alguna: 
su obsesión ha elegido ya por ellos. 
Uno se escoge cuando dispone de virtualidades indiferentes; 
pero la nitidez de un mal es superior a la diversidad de caminos a elegir. 
Preguntarse si se es libre o no: 
bagatela a los ojos de un espíritu a quien arrastran las calorías de sus delirios.
 Para él, 
ensalzar la libertad es dar pruebas de una salud indecente.
¿La libertad? 
Sofisma de la gente sana.

*

En la Antigüedad, 
el filósofo que no escribía, 
pero pensaba, 
no se exponía al desprecio; 
desde que nos postramos ante la eficacia,
 la obra se ha convertido en el absoluto del vulgo;
 a quienes no producen se les considera «fracasados». 
Sin embargo,
 esos «fracasados» habrían sido los sabios de otros tiempos; ellos rehabilitarán nuestra época por no haber dejado trazas en ella.
*

En un mundo sin melancolía los ruiseñores se pondrían a eructar.

*

¿Alguien emplea continuamente la palabra «vida»? 
Sabed que es un enfermo.
*

¿Nuestros ascos? Desvíos del asco que nos tenemos a nosotros mismos.

*

Si alguna vez has estado triste sin motivo, es que lo has estado toda tu vida sin saberlo.
*

Nosotros nos parapetamos detrás de nuestro rostro: al loco le traiciona el suyo. 
El se ofrece, 
se denuncia a los demás. 
Habiendo perdido su máscara, 
muestra su angustia, 
se la impone al primero que llega, 
exhibe sus enigmas. 
Tanta indiscreción irrita. 
Es normal que se les espose y se les aísle.

*

Apenas se medita ya de pie, 
y menos aún andando. 
Fue nuestros empeño en conservar la posición vertical lo que originó la Acción; 
por ello, 
para protestar contra sus perjuicios, deberíamos imitar la postura de los cadáveres.
*
Don Quijote representa la juventud de una civilización: él se inventaba acontecimientos; nosotros no sabemos como escapar a los que nos acosan.

*

Dichosos esos frailes que, al final de la Edad Media, 
corrían de ciudad en ciudad anunciando el fin del mundo. 
Poco les importaba que sus profecías tardaran en cumplirse. Podían desmandarse, 
dar rienda suelta a sus terrores, 
descargarlos sobre las muchedumbres; 
terapéutica ilusoria en una época como la nuestra,
 en la que el pánico, 
introducido en las costumbres, 
ha perdido sus virtudes.
*

Para dominar a los hombres hay que practicar sus vicios y añadir a ellos alguno más. 
Véase el caso de los papas: 
mientras fornicaban, 
practicaban el incesto y asesinaban, 
dominaban el mundo y la Iglesia era omnipotente. 
Desde que respetan sus preceptos,
 su poder se degrada: 
la abstinencia, 
lo mismo que la moderación, 
les ha resultado nefasta; 
convertidos en personas respetables, 
nadie les teme ya. 
Edificante crepúsculo de una institución.

*

El prejuicio del honor es propio de las civilizaciones rudimentarias. 
Cesa con la aparición de la lucidez,
 con el reinado de los cobardes, 
de aquellos que, 
habiéndolo «comprendido» todo,
 no tienen ya nada que defender.

Hemos saboreado todos el mal de Occidente. 
Sabemos demasiado del arte, 
del amor, 
de la religión, 
de la guerra, 
para creer aún en algo; 
hemos perdido además tantos siglos en ello... 
La época de la perfección en la plenitud está terminada. 
¿La materia de los poemas? 
Extenuada. 
¿Amar? 
Hasta la chusma repudia el «sentimiento».
¿La piedad? 
Visitad las catedrales: 
ya no se arrodillan en ellas más que los ineptos. 
¿Quién desea aún combatir? 
El héroe está superado; 
únicamente la carnicería impersonal sigue de moda. 
Somos fantoches clarividentes,
 ya sólo capaces de hacer muecas ante lo irremediable.
¿Occidente? 
Una posibilidad sin futuro.

*

Quién por distracción o incompetencia detenga,
 aunque sólo sea un momento, 
la marcha de la humanidad, 
será su salvador.

*
Nadie puede conservar su soledad si no sabe hacerse odioso.

*

Vivo únicamente porque puedo morir cuando quiera:
 sin la idea del suicidio, 
hace tiempo que me hubiera matado.

En cuanto un animal se trastorna, 
comienza a parecerse al hombre. 
Observad un perro furioso o abúlico: 
parece como si esperara a su novelista o a su poeta.

*

Constituye una gran injuria contra el hombre pensar que para destruirse necesita una ayuda, 
un destino...
¿No ha gastado ya lo mejor de su talento en liquidar su propia leyenda? 
En ese rechazo de durar, 
en ese horror de sí mismo, 
reside su excusa o, 
como se decía antes, 
su «grandeza».
*

Si la Historia tuviera una finalidad, 
qué lamentable sería el destino de quienes no hemos hecho nada en la vida. 
Pero en medio del absurdo general nos alzamos triunfadores, piltrafas ineficaces, 
canallas orgullosos de haber tenido razón.

*

Tanto he mimado la idea de la fatalidad, 
a costa de tan grandes sacrificios la he alimentado,
 que ha acabado por encarnarse: 
de la abstracción que era,
 ahora palpita irguiéndose ante mí, 
aplastándome con toda la vida que le he dado.
*

Quien vive sin memoria no ha salido aún del Paraíso: 
las plantas continúan deleitándose en él. 
Ellas no fueron condenadas al Pecado,
a esa imposibilidad de olvidar; 
pero nosotros, 
remordimientos ambulantes,
etc., 
etc.

*

«Señor, 
sin ti estoy loco, 
pero más loco aún contigo.» 
Ese sería, 
en el mejor de los casos, 
el resultado de la reanudación del contacto entre el fracasado de abajo y el fracasado de arriba.
*

¡Cuantos problemas para instalarse en el desierto!
Más espabilados que los primeros ermitaños,
 nosotros hemos aprendido a buscarlo en nosotros mismos.

*

De todo lo concebido por los teólogos, 
las únicas páginas legibles, 
las únicas palabras verdaderas, 
son las dedicadas al Diablo. 
Su tono cambia y se aviva su elocuencia cuando, 
dando la espalda a la Luz, 
se consagran a las Tinieblas.
 Se diría que vuelven a su elemento, 
que lo descubren de nuevo.
 Al fin pueden odiar, 
por fin les está permitido;
 se acabó el ronroneo sublime o la salmodia edificante. 
El odio puede ser abyecto; 
extirparlo es, 
sin embargo, 
más peligroso que abusar de él. 
La Iglesia ha sabido evitar a los suyos, 
sabiamente,
 tales riesgos;
 para que puedan satisfacer sus instintos,
 los excita contra el Demonio;
 ellos se aferran a él y le roen:
 por fortuna es un hueso inagotable... 
Si se lo quitaran, sucumbirían al vicio o a la apatía.

Cuando, 
por apetito de soledad,
hemos roto nuestros lazos con los demás, 
el Vacío nos embarga: nos quedamos sin nadie a nuestra disposición. 
¿A quién liquidar ahora? 
¿Dónde encontrar una víctima duradera? 
-Semejante perplejidad nos abre a Dios: 
al menos con El estamos seguros de poder romper indefinidamente...

*

En la búsqueda del tormento,
 en la obstinación de sufrir, 
únicamente el celoso puede competir con el mártir.
 Sin embargo, 
se canoniza a uno y se ridiculiza al otro.
*

¿Quién abusaría del sexo sin la esperanza de perder en él la razón algo más de un segundo, 
para el resto de sus días?

*

En la voluptuosidad, 
lo mismo que en el pánico,
 regresamos a nuestros orígenes; 
el chimpancé, 
injustamente relegado, 
alcanza por fin la gloria,
mientras dura un grito.

*
La dignidad del amor consiste en el afecto desengañado que sobrevive a un instante de baba.

*

En la época en que la humanidad, 
apenas desarrollada, 
se ejercitaba ya en la desgracia, 
nadie la hubiera creído capaz de poder producirla en serie un día.
*

Si Noé hubiera poseído el don de adivinar el futuro, 
habría sin duda naufragado.

*

¿La «experiencia hombre» ha fracasado? Había fracasado ya con Adán. Sin embargo, es legítimo preguntar: ¿tendremos la suficiente inventiva para parecer aún innovadores, 
para agravar semejante descalabro?
Esperándolo, 
perseveremos en el error de ser hombres,
 comportémonos como farsantes de la Caída,
 seamos terriblemente frívolos.

*
Antes se pasaba con gravedad de una contradicción a otra; 
ahora sufrimos tantas a la vez que no sabemos ya por cuál interesarnos ni cuál resolver.

*

Sin poseer la facultad de exagerar nuestros males,
 nos sería imposible soportarlos.
Atribuyéndoles proporciones inusitadas, 
nos consideramos condenados escogidos, 
elegidos al revés, 
halagados y estimulados por la fatalidad.
Afortunadamente, 
en cada uno de nosotros existe un fanfarrón de lo Incurable.

*

Una naturaleza religiosa se define menos por sus convicciones que por su necesidad de prolongar sus sufrimientos más allá de la muerte.

*

He adquirido mis dudas penosamente; 
mis decepciones,
 como si me esperasen desde siempre, 
han llegado solas -iluminaciones primordiales.

viernes, 20 de marzo de 2015

POEMA DÍA XX/III/2015:"Soneto de la dulce queja";F.G.Lorca

POEMA DÍA XX/III/2015:"Soneto de la dulce queja";F.G.Lorca



Soneto de la dulce queja

Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua y el acento
que me pone de noche en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla 
tronco sin ramas, 
y lo que más siento
es no tener la flor, 
pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío.


No me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi Otoño enajenado

miércoles, 18 de marzo de 2015

POEMA DÍA XVIII/III/2015:"El paso del retorno"; V.Huidobro.

POEMA DÍA XVIII/III/2015:"El paso del retorno"; V.Huidobro.




EL PASO DEL RETORNO

A Raquel que me dijo un día, 
cuando tú te alejas un solo instante
el tiempo y yo lloramos

Yo soy ese que salió hace un año de su tierra
buscando lejanías de vida y muerte,
su propio corazón y el corazón del mundo
cuando el viento silbaba entrañas
en un crepúsculo gigante y sin recuerdos.

Guiado por mi estrella,
con el pecho vacío
y los ojos clavados en la altura
salí hacia mi destino.

Oh mis buenos amigos,
¿Me habéis reconocido?
He vivido una vida que no puede vivirse
pero tú Poesía no me has abandonado un solo instante.

Oh mis amigos aquí estoy,
vosotros sabéis acaso lo que yo era,
pero nadie sabe lo que soy,
el viento me hizo viento,
la sombra me hizo sombra,
el horizonte me hizo horizonte preparado a todo.

La tarde me hizo tarde
y el alba me hizo alba para cantar de nuevo.

Oh poeta esos tremendos ojos,
ese andar de alma de acero y de bondad de mármol,
este es aquel que llegó al final del último camino
y que vuelve quizás con otro paso.
Hago al andar el ruido de la muerte
y si mis ojos os dicen
cuánta vida he vivido y cuánta muerte he muerto, 
ellos podrían también deciros
cuánta vida he muerto y cuánta muerte he vivido.

¡Oh mis fantasmas!,
 ¡Oh mis queridos espectros!, 
la noche ha dejado noche en mis cabellos
¿En dónde estuve?,
¿Por dónde he andado?, 
¿Pero era ausencia aquélla o era mayor presencia?.

Cuando las piedras oyen mi paso
sienten una ternura que les ensancha el alma,
se hacen señas furtivas y hablan bajo:
Allí se acerca el buen amigo,
el hombre de las distancias,
que viene fatigado de tanta muerte al hombro, 
de tanta vida en el pecho
y busca donde pasar la noche.

Heme aquí ante vuestros limpios ojos,
heme aquí vestido de lejanías,
atrás quedaron los negros nubarrones,
los años de tinieblas en el antro olvidado. 
Traigo un alma lavada por el fuego,
vosotros me llamáis sin saber a quién llamáis,
traigo un cristal sin sombra,
 un corazón que no decae.
La imagen de la nada y un rostro que sonríe,
traigo un amor muy parecido al universo,
la Poesía me despejó el camino, 
ya no hay banalidades en mi vida,
¿Quién guió mis pasos de modo tan certero?.

Mis ojos dicen a aquellos que cayeron,
disparad contra mí vuestros dardos,
vengad en mí vuestras angustias,
vengad en mí vuestros fracasos,
yo soy invulnerable,
he tomado mi sitio en el cielo como el silencio.

Los siglos de la tierra me caen en los brazos, 
yo soy amigos el viajero sin fin,
las alas de la enorme aventura,
batían entre inviernos y veranos,
mirad cómo suben estrellas en mi alma
desde que he expulsado las serpientes del tiempo oscurecido.

¿Cómo podremos entendernos?,
Heme aquí de regreso de donde no se vuelve,
compasión de las olas y piedad de los astros,
¡Cuánto tiempo perdido!,
 Este es el hombre de las lejanías,
el que daba vuelta las páginas de los muertos,
sin tiempo,
 sin espacio,
 sin corazón,
 sin sangre.
El que andaba de un lado para otro,
desesperado y solo en las tinieblas, 
solo en el vacío,
como un perro que ladra hacia el fondo de un abismo.

¡Oh vosotros!,
 ¡Oh mis buenos amigos!, 
Los que habéis tocado mis manos, 
¿Qué habéis tocado?,
y vosotros que habéis escuchado mi voz,
¿Qué habéis escuchado?,
y los que habéis contemplado mis ojos,
¿Qué habéis contemplado?.

Lo he perdido todo y todo lo he ganado,
y ni siquiera pido
la parte de la vida que me corresponde.
Ni montañas de fuego,
 ni mares cultivados,
es tanto más lo que he ganado que lo que he perdido, 
así es el viaje al fin del mundo,
y ésta es la corona de sangre,
 de la gran experiencia,
la corona regalo de mi estrella,
¿En dónde estuve en dónde estoy?.

Los árboles lloran,
 un pájaro canta inconsolable 
Decid,
 ¿quién es el muerto?
El viento me solloza,
¡Qué inquietudes me has dado!
Algunas flores exclaman
¿Estás vivo aún?
¿Quién es el muerto entonces?
Las aguas gimen tristemente
¿Quién ha muerto en estas tierras?
Ahora sé lo que soy y lo que era,
conozco la distancia que va del hombre a la verdad,
conozco la palabra que aman los muertos,
este es el que ha llorado el mundo el que ha llorado resplandores.

Las lágrimas se hinchan,
 se dilatan
y empiezan a girar sobre su eje.
Heme aquí ante vosotros,
cómo podremos entendernos,
 cómo saber lo que decimos,
hay tantos muertos que me llaman,
allí donde la tierra pierde su ruido,
allí donde me esperan mis queridos fantasmas,
mis queridos espectros,
miradme os amo tanto pero soy extranjero
¿Quién salió de su tierra
sin saber el hondor de su aventura?
Al desplegar las alas
él mismo no sabía qué vuelo era su vuelo.

Vuestro tiempo y vuestro espacio
No son mi espacio ni mí tiempo,
¿Quién es el extranjero?, 
¿Reconocéis su andar?,
es el que vuelve con un sabor de eternidad en la garganta,
con un olor de olvido en los cabellos,
con un sonar de venas misteriosas.
Es este que está llorando el universo,
que sobrepasó la muerte y el rumor de la selva secreta,
soy impalpable ahora como ciertas semillas
que el viento mismo que las lleva no las siente,
Oh Poesía nuestro reino empieza.

Este es aquel que durmió muchas veces,
allí donde hay que estar alerta,
donde las rocas prohíben la palabra,
allí donde se confunde la muerte con el canto del mar,
ahora vengo a saber que fui a buscar las llaves,
he aquí las llaves,
¿Quién las había perdido?,
¿Cuánto tiempo ha que se perdieron?,
Nadie encontró las llaves perdidas en el tiempo y en las brumas,
¡Cuántos siglos perdidas!

Al fondo de las tumbas,
al fondo de los mares,
al fondo del murmullo de los vientos,
al fondo del silencio,
He aquí los signos,
¡Cuánto tiempo olvidados!
Pero entonces amigo,
 ¿qué vas a decirnos?
¿Quién ha de comprenderte? 
¿De dónde vienes?
¿En dónde estabas? 
¿En qué alturas en qué profundidades?,
Andaba por la Historia del brazo con la muerte

Oh hermano, 
nada voy a decirte,
cuando hayas tocado lo que nadie puede tocar 
más que el árbol te gustará callar.



De Últimos Poemas. Póstumo, 1948