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martes, 19 de noviembre de 2013

Caperucita Roja: "Historia evolución y otras curiosidades"

Caperucita Roja

Historia,evolución y otras 

curiosidades



Caperucita era una niña que quería mucho a su abuelita, y un día su madre le dio una cesta llena de comida para que llevara la merienda a la abuelita, que vivía en una casa en el bosque.
La madre le advirtió que mientras estuviera en el bosque no se apartara del camino, y que no se entretuviera. Caperucita, obediente, se fue a casa de la abuelita haciendo como le había dicho su madre.
Cuando ya estaba en el bosque, se encontró con el lobo, quien le preguntó hacia dónde iba. Caperucita le contestó que a casa de su abuelita, que estaba enferma, a llevarle una merienda; y le dijo todo lo que llevaba en la cesta.
Entonces el lobo retó a Caperucita a correr una carrera hacia la anciana. Le dijo que había dos caminos, uno largo y uno corto. Le afirmó a Caperucita que dejaría que ella tomara el corto y que él tomaría el largo, pero el muy astuto le enseñó los caminos al revés y Caperucita, sin saberlo, tomó el camino largo. El lobo, que obviamente llegó antes a la casa, se hizo pasar por la abuelita mientras que Caperucita ya ante la puerta pregunto si podía pasar. La abuela le dijo que pasara, que la puerta estaba abierta, el lobo entró por la puerta trasera y se comió a la abuela de un solo bocado, se puso la ropa para hacerse pasar por ella y se metió en la cama a esperar a Caperucita. Mientras, Caperucita, olvidando lo que le había dicho su madre, aún estaba en el bosque recogiendo flores por el camino largo.
Caperucita ya dentro, empezó a hablar con quien creía que era la abuelita (que en realidad era el lobo) . Éste le dijo que se metiera con "ella" en la cama para darse calor, y así sería.
C - ¡Qué ojos más grandes tienes!
L - ¡Para verte mejor!
C - ¡Qué orejas más grandes tienes!
L - ¡Para oírte mejor!
C - ¡Y qué dientes más grandes tienes!.
L - ¡Para comerte mejor!
Diálogo entre Caperucita y el lobo
A partir de aquí es cuando se dan las diferencias más importantes entre las versiones antiguas más difundidas.


De todos los cuentos populares de que nos ha legado la Edad Media, y aún más atrás, el de Caperucita Roja es que ha sufrido las mutilaciones más severas de parte de comentadores, recopiladores y, por supuesto, el gélido y abstruso Walt Disney. 

El cuento, hasta la escena en donde el lobo se viste con las ropas de la abuela, es más o menos el mismo que conocían los niños medievales. Las diferencias se dan a partir de este punto. Pero primero repasemos un poco de historia. 


El primer recopilador en rescatar el cuento de Caperucita Roja fue Charles Perrault, que lo incluyó en su antología de historias populares en 1697. Al contrario de lo que sucede con otros cuentos tradicionales, como La Bella Durmiente o Hansel y Gretel, Caperucita Roja no era un cuento muy extendido en Europa. Es más, se lo conocía en un ámbito bastante cerrado, que iba desde el norte de los Alpes a la región de Loira. En 1812 los hermanos Grimm reescribieron la historia, especialmente el final, y ésa es la versión que se conoce hoy en día; una versión, dicho sea de paso, muy diferente de la Caperucita Roja real. 


No resulta asombroso que los hermanos Grimm hayan modificado el relato original, lo extraño es que para ello se hayan basado en una oscura obra de Ludwig Tieck llamada: Vida y muerte de la pequeña Caperucita Roja (Leben und Tod des kleinen Rotkäppchen); tragedia que incluye la presencia del leñador, ausente en el cuento popular. 


Tal vez para no ahuyentar a los temerosos padres de inicios del siglo XIX, los hermanos Grimm eliminaron de cuajo todos los elementos eróticos del cuento y plantaron un final feliz, además de barrer con todo lo que no sostenga la pureza e inocencia de Caperucita. El resumen: el final del cuento en la versión de Jabob y Wilhelm Grimm se salvan absolutamente todos, salvo el lobo, claro; cuyas tripas son abiertas por el hábil leñador, devolviendo a la abuela a su rutina diaria. 


Vayamos a un análisis del cuento. 

Según la clasificación de Aarne-Thompson sobre cuentos folklóricos, Caperucita Roja entra en la categoría 333, esto es, cuentos que presentan un oponente sobrenatural. Es importante que borremos de nuestra mente la idea de que los cuentos populares servían como advertencia a los niños sobre los peligros del bosque, para eso bastaba una buena reprimenda. Los relatos folklóricos tienen otra función, mucho más importante para los pueblos de lo que los pueblos han sabido comprender. Según lo vemos hoy en día, el protagonista de Caperucita Roja es, claramente, Caperucita Roja, pero esto no es así. El error, si cabe llamarlo así, es a la insistencia de Disney por lograr la empatía de los niños con la historia. Escencialmente, Caperucita Roja es un personaje importante, un disparador por el cual se sucede la verdadera tragedia, pero de ningún modo es el único. Incluso hay versiones muy antiguas en las que se la menciona de paso, como aquel cuento tradicional de Italia llamado La finta nona, es decir, La falsa abuela, en cuyo caso la joven Caperucita es un elemento casi decorativo. 


La verdadera historia de Caperucita Roja sostiene dos elementos centrales: 

1) El tabú del canibalismo. 
2) El rescoldo de la vieja religión nórdica. 


Caperucita Roja, Rotkäppchen, Little Red Cap, Le Petit Chaperon Rouge, Little Red Riding Hood, son variables de este disparador. Si tuviésemos acceso a alguna extravagante máquina del tiempo, y pudiésemos atestiguar de primera mano la narración de Caperucita Roja, oiríamos un cuento completamente diferente al que conocemos. Allí, el lobo engulliría a la anciana, tal como hoy, pero dejaría sobre la mesa un jugoso banquete hecho con la carne y la sangre de la abuela, que la inocente Caperucita devoraría vorazmente, acaso intuyendo su origen ilícito. Luego, vestido con las ropas de la occisa, y tras de un diálogo con muchísimas variantes, el lobo pasaría de degustar la carne temblorosa de Caperucita; momento en el que un cazador, que oye los gritos desgarradores de la joven, ingresa en la estancia, mata al lobo y le abre el estómado con un cuchillo, devolviendo a la joven al mundo de los vivos. 


Ahora bien, este morir y renacer de Caperucita Roja nos habla sobre algo muy antiguo en la raza humana: el rito de iniciación. 

Caperucita en el bosque, en la casa y en el estómago del lobo, son símbolos de las tres fases de la iniciación a la adultez; por el cual una niña abandona su casa -madre, comunidad, civilización-, recorre un terreno salvaje -el bosque-, se enfrenta con lo más siniestro del corazón humano -canibalismo, antropofagia-, y derrota al peor de los enemigos en el vientre del lobo -la muerte-. 

Pero además de señalar estos tópicos arquetípicos, Caperucita Roja también simboliza el despertar de la sexualidad. Su vestimenta roja atestigua los inicios de la madurez sexual, y el lobo, antropomorfizado para suavizar los efectos devastadores de este tránsito, es, quizás, un símbolo del sexo salvaje, de la sexualidad en estado primitivo, mientras que el cazador, en cambio, representa el sexo dentro de la civilización, es decir, dentro de un matrimonio funcional a la sociedad; cuyo fin último es procrear, y no la liberación ociosa de los instintos. 


Estas interpretaciones psicológicas y antropológicas son rigurosamente ciertas, pero detrás de Caperucita Roja se esconde un motivo acaso más trascendental, y que excede las consideraciones regionales sobre el sexo y la adultez. Si volviésemos a montarnos en aquella imaginaria máquina del tiempo, y retrocediésemos aún más, dejando atrás la Edad Media, veríamos que la historia de Caperucita Roja conserva elementos de la religión nórdica, disimulados pero perfectamente reconocibles para el estudioso -y amante- de la mitología nórdica. 

La transición en el vientre de un animal es un motivo clásico. Lo vemos incluso en la historia bíblica de Jonás y la ballena. El vientre es, como hemos dicho, un ámbito de transición, pero doblemente simbólico, ya que todos provenimos de un vientre y hacia allí iremos -la tumba, vientre del mundo-. Ser tragado por un animal es un regreso a la vida intrauterina, vida perfecta e idealizada, pero con un sentido nuevo, alegórico, quizás, por el cual este nuevo vientre nutre un despertar completamente distinto. La vida en el vientre salvaje nos propone un estado latente, por el cual el individuo emergerá cambiado. Ya no será el mismo, así como Caperucita Roja, que emerge del vientre del lobo convertida en mujer. 


En la narración norsa de Þrymskviða vemos que el gigante Þrym se roba el martillo de Thor, llamado Mjolnir, por cuyo rescate pide la mano de la diosa Freyja (cuyo nombre se conserva en la palabra viernes Friday, o Freyja's day). Thor, escandalizado, urde una estratagema: se viste con el traje nupcial de Freyja y engaña al gigante. El diálogo entre Thor y Þryms es textualmente idéntico al de Caperucita con el lobo, lo cual arroja una luz difusa sobre la verdadera identidad genital de la muchacha. 


Yendo aún más atrás, atravesando las oscuras mareas del tiempo, podríamos decir que el cuento de Caperucita Roja conserva, además, elementos del mito solar. La abuela representa el ocaso, la luz moribunda del crepúsculo devorada por la oscuridad de la noche -el lobo-, y la joven simboliza la luz del alba, que emerge del vientre lobuno como el sol que desgarra los velos de la noche. Mitológicamente hablando, el lobo sería nada menos que Skoll, aquel lobo descomunal de la tradición norsa, cuyo destino es devorar al sol en la batalla del Ragnarok, o bien Fenrir, ese lobo con fauces de hierro que cae en el apocalipsis bajo el martillo implacable de Thor. 


Es curioso como la mitología se diluye en la tradición popular, se pierde y renace bajo una nueva concepción. Un lobo gigantesco se torna en licántropo mezquino, el Dios del Martillo, rápido para la cólera y la amistad, se vuelve un cazador furtivo en los bosques de Francia, y el mundo nuevo, regenerado, libre del acoso de demonios y gigantes del hielo, muta en las delicadas y ambiguas formas de una muchacha, que, como la luz rojiza del alba, orna su cabeza con el color del cielo naciente. 
Los cuentos evolucionan y se adaptan al entorno como si fueran seres vivos. De Caperucita Roja, uno de los más universales, hay decenas de versiones en África, Asia, Europa y hasta América que, como las especies, comparten un ancestro común. Un estudio ha recurrido a las técnicas de la biología evolutiva para rastrear su pasado. La historia, de origen europeo, se extendió y pervivió porque toca aspectos básicos de la condición humana.
Con los hermanos Jacob y Wilhelm Grimm, que llevaron al papel hace ahora 200 años la mayoría de los cuentos populares que ellos creían de tradición germánica, se inició en toda Europa la investigación de las tradiciones narrativas orales. Los investigadores se dieron cuenta de que muchas de aquellas historias compartían trama y personajes aunque pertenecieran a culturas diferentes y muy lejanas entre sí. Eso llevó, ya en el siglo XX, a la creación del índice ATU, siglas con los nombres de sus tres creadores, una taxonomía de 2.000 historias internacionales que, aún siendo de 300 culturas diferentes, compartían demasiado para ser una coincidencia.
Caperucita es el ATU 333. Con variaciones que hacen referencia a si la caperuza de Caperucita es roja y si es que la lleva, sobre si el animal que hace de villano es un lobo, un tigre o un hombre lobo o bien, si la niña y la abuela acaban devoradas o consiguen escapar, la historia de Caperucita es casi universal. Se encuentran versiones muy similares de la trama desde España hasta Japón y desde la India hasta Antigua, en el Caribe. En muchas de ellas, comparte detalles de otro cuento popular, el de El Lobo y los (siete) Cabritillos o ATU 123.


El antropólogo de la Universidad de Durham (Reino Unido),  Jamie Tehrani, ha reunido hasta 58 variantes de ambos cuentos para determinar su origen. Y lo ha hecho con un enfoque tomado prestado de los estudios de biología evolutiva. En vez de los estudios culturales comparativos, este experto en evolución cultural ha echado mano de la filogenética, que analiza genes de poblaciones para construir el árbol evolutivo de varias especies similares y, desde la ramas, llegar a la raíz.
“Es como cuando un biólogo muestra que los humanos y otros simios comparten un ancestro común pero han evolucionado hasta ser especies distintas”, dice Tehrani. Según su árbol genealógico, publicado en la revista científica PloS ONE, mientras El Lobo y los Cabritillos probablemente surgió en el siglo I, la rama de Caperucita Roja brotó en el siglo XI. Las dos procederían de un arquetipo aún más antiguo. En particular la primera tiene semejanzas con al menos dos de las fábulas esópicas, atribuidas a Esopo, que vivió en la Grecia del 600 antes de la era actual.
Distribución geográfica de tres cuentos: En rojo, el de Caperucita. En verde el de El Lobo y los cabritillos. En azul y morado híbridos africanos y asiáticos de ambos. Jamshid J. Tehrani
Distribución geográfica de tres cuentos: en rojo, el de Caperucita; en verde el de El Lobo y los cabritillos, y en azul y morado híbridos africanos y asiáticos de ambos. / J. J. Tehrani
En cuanto a su ubicación geográfica, “no hay una localización precisa, pero, al menosCaperucita Roja, nació en algún lugar de la Europa Occidental y no en China, como anteriores investigadores han asegurado”, añade el antropólogo británico. Sus estudios filogenéticos muestran que, aún siendo más reciente, Caperucita no procede de El Lobo y los Cabritillos. También apuntan a que ambos viajaron al este de Asia en la Edad Media, quizá por la ruta de la seda, hasta convertirse en la versión local conocida como La Abuela Tigre, donde el lobo muta en felino. Hasta ahora, la opinión más extendida es que Caperucita había venido del Lejano Oriente hasta caer en manos del francés Charles Perrault que, un siglo antes que los hermanos Grimm, la puso en papel.


Para llegar a estas conclusiones, Tehrani aplicó tres técnicas distintas de la filogenética a 72 variables diferentes de la trama. Entre ellas están los distintos tipos de víctima (animal/humano), de villano (desde lobo hasta tigre, pasando por ogro y otras criaturas fantásticas), las distintas tretas usadas por ambos personajes y el final del cuento (la víctima acaba devorada, escapa o es salvada por un leñador como en la versión de los Grimm). Con todas pudo recrear el viaje evolutivo de Caperucita.
“Contrariamente a la afirmación de que los vaivenes de la transmisión oral provocan irremisiblemente la eliminación de todo rastro de ascendencia en los cuentos populares, es posible establecer tradiciones narrativas coherentes a grandes distancias geográficas y períodos históricos”, sostiene el estudioso británico.
Además, al usar la filogenética y casi sin proponérselo, este investigador ha comprobado que los cuentos pueden ser fantasías, peros son fantásticos para indagar en la historia humana. En el árbol de Caperucita Roja se pueden rastrear desde las raíces griegas de la historia hasta su contagio a Asia en la Edad Media, paralelamente al comercio entre ambos confines. A África, la versión que debió llegar  es la del cuento del lobo y los cabritos. Aunque allí el lobo dejó paso a criaturas fantásticas y los cabritos, en muchas historias, a niños. Muy probablemente serían los árabes los que llevaran la historia hasta allá. El caso especial de Antigua se explica por el tráfico de esclavos africanos a las Antillas.
De hecho, Tehrani  pretende aplicar su modelo a otros cuentos populares con el objetivo de rastrear las migraciones humanas del pasado. Determinando los orígenes y la evolución de estas historias contadas en diferentes épocas y lugares.
A pesar de tanta evolución, Caperucita ha sobrevivido en sus elementos más profundos. Como otros muchos cuentos, su moraleja más explícita y sus mensajes más sutiles se han mantenido. Los motivos están en la función social que cumplen. Tanto Caperucita Roja como El Lobo y los Cabritillos o La Abuela Tigre contienen características identificadas en varios estudios experimentales como relevantes desde un punto de vista socio-cognitivo. Uno es el mensaje de supervivencia, es decir, el peligro de los depredadores, ya sean humanos o animales. Otro, la importancia de cumplir las instrucciones de los mayores. Informan además de la confianza, las relaciones de parentesco o la mentira.
Como dice  Tehrani: “Más que cualquier otro tipo de historias, los cuentos populares recogen nuestras experiencias compartidas, nuestras fantasías y nuestros miedos. Entender su permanencia y cambio a lo largo del tiempo y el espacio puede arrojar importantes visiones dentro de los universales y diferentes aspectos de la condición humana”.

Caperucita de Charles Perrault

Perrault fue el primero que recogió esta historia y la incluyó en un volumen de cuentos (1697), en el que destacaba sobre los otros por ser, más que un cuento, una leyenda bastante cruel, destinada a prevenir a las niñas de encuentros con desconocidos, y cuyo ámbito territorial no iba más allá de la región del Loira, la mitad norte de los Alpes y elTirol.
Este autor suprimió el lance en que el lobo, ya disfrazado de abuelita, invita a la niña a consumir carne y sangre, pertenecientes a la pobre anciana a la que acaba de descuartizar. Al igual que en el resto de sus cuentos, quiso dar una lección moral a los jóvenes que entablan relaciones con desconocidos, añadiendo una moraleja explícita, inexistente hasta entonces en la historia.

Caperucita de los hermanos Grimm

   Ilustración de Albert Anker
En 1812, los hermanos Grimm, dieron otra vuelta de tuerca a la historia. Retomaron el cuento, y escribieron una nueva versión, que fue la que hizo que Caperucita fuera conocida casi universalmente, y que, aún hoy en día, es la más leída.
En la colección de cuentos de los Hermanos Grimm, Caperucita Roja (Rothkäppchen) es el n.º 26.2
En contra de lo que se pueda pensar, los hermanos Grimm no se limitaron a transcribir palabra por palabra la tradición oral. Partieron de tres fuentes: la primera, el cuento de Perrault de 1697; la segunda, una versión oral de una chica que había tenido acceso a una buena educación, y que, por tanto, es probable que conociera el escrito de Perrault; y la tercera, una obra escrita en 1800 por el autor Ludwig Tieck, "Leben und Tod des kleinen Rotkäppchens: eine Tragödie" ("Vida y muerte de la pequeña Caperucita Roja. Una tragedia, en la que se introduce la figura del leñador, que salva a la niña y a su abuelita.
Los hermanos Grimm escribieron una versión más inocente, y con menos elementos eróticos que las publicadas anteriormente. Además añadieron un final feliz para el cuento, tal y como solían tener los cuentos de la época.
Propusieron un final alternativo, en el que un momento antes de que el lobo se coma a Caperucita, ella grita y un leñador que estaba cerca, rescata a la niña, mata al lobo, le abre la panza y saca a la abuelita, milagrosamente viva.
Otra versión que también se le adjudica a los hermanos Grimm es la en que la abuelita, en un alarde de valor y heroísmo, salva a su nieta y a sí misma sin ayuda alguna. Este segundo final enlaza con la tradición italiana del cuento, en la que la mujer sabe arreglárselas sola ante la amenaza del peligro. .

Todo un icono popular



Aunque Walt Disney nunca lo llevó al cine junto a los otros cuentos clásicos, Caperucita Roja es todo un icono de la cultura popular y, en muchas ocasiones, ha influido en la sociedad urbana la creencia de que los lobos son peligrosos para los seres humanos. Al contrario que otras obras y mitos como el de Rómulo y Remo o el Libro de la Selva, donde son las lobas las que cuidan de los niños, los protegen y los dan calor hasta que pueden valerse por sí mismos, este cuento nos presenta a un lobo inteligente y cruel, o al menos eso parece intentar. Muchos autores y artistas no se han podido resistir a realizar ciertas interpretaciones de situaciones que resultan extrañas si no se tiene en cuenta el origen de la narración. El cuento escrito por los dos hermanos alemanes parte de una tradición oral adulta donde no había ningún lobo y sí seres humanos. Perdiendo este dato de vista surgen preguntas difíciles de responder si el protagonista es un animal:
  • ¿Qué tipo de mujer era su madre que, conociendo los peligros que acechan en el bosque, mandara sola a su hija?
  • ¿Cómo el lobo, siendo el dueño y señor del bosque, no ataca a la niña en sus dominios sino que la espera metido en la cama?
  • ¿Cómo se explica que la muchacha no sea capaz de reconocer las diferencias, que sí nota, entre su abuela y una bestia disfrazada?
  • Quizá la más sarcástica es la que hace hincapié en las continuas preguntas de la niña al lobo sobre el tamaño de su cuerpo o, al menos, el gran tamaño de algunas parte de su cuerpo. Esto no se debe a un miembro determinado, sino a la diferencia de envergadura entre una anciana y un adulto joven.
Una de estas interpretaciones la ilustró la Orquesta Mondragón en la portada de su álbum Caperucita feroz, donde mostraba al lobo asustado de una Caperucita ya dentro de la cama y con mirada insinuante.


Algunas versiones

  • La finta nonna ("La falsa abuela").
  • Le Petit Chaperon Rouge ("La Caperucita Roja") dentro de Histoires et contes du temps passé, avec des moralités. Contes de ma mère l'Oye ('Historias y cuentos del pasado con moralejas. Cuentos de mi madre la Oca') en 1697 por Charles Perrault.
  • Rotkäppchen dentro de Kinder- und Hausmärchen ('Cuentos de la infancia y el hogar'), en 1812, por los hermanos Grimm.
  • El poema de Gabriela Mistral.
  • La versión erótica de Tex Avery de 1943.
  • "Caperucita Verde", capítulo de la telenovela argentina, Casi Ángeles.
  • En compañía de lobos, del director Neil Jordan, es una versión cinematográfica del cuento en el que Sarah Paterson hacía el papel de Caperucita y Ángela Lansbury el de la abuela del cuento.
  • Tokyo Akazukin es un manga japonés creado por Benkyo Tamaoki, el cual describe la historia de una niña llamada Akazukin (que literalmente significa Caperucita Roja) que tiene sólo un deseo en la vida: ser devorada por una criatura llamada Sr. Lobo.

  • Red Riding Hood
    , de la directora Catherine Hardwicke, es una versión cinematográfica que se estrenó en el 2011 basada en el cuento de los hermanos Grimm.El film de animación Hoodwinked! (llamado en España La increíble pero cierta historia de Caperucita Roja y en LatinoaméricaLa verdadera historia de Caperucita Roja).
  • En Nuevos Cuentos de Lobos y Caperucitas de Douglas Simonet se utilizan los personajes de Caperucita Roja y el Lobo Feroz como base para la elaboración de un Universo más complejo,a través de cuentos de humor, ciencia ficción y fantasía.
También se han realizado películas de terror, obras pornográficas y adaptaciones a los tiempos actuales sustituyendo a los protagonistas y lugares por elementos de Internet o cambiando los personajes por personas reales.
En la serie de videojuegos Darkstalkers de la compañía Capcom hay un personaje parecido a Caperucita Roja llamado Baby Bonnie Hood; en la versión japonesa del juego recibió el nombre de Bulleta. El personaje es una pequeña asesina despiadada que aparenta inocencia y porta el disfraz de Caperucita. En algunas de sus técnicas llora por su abuelita, mientras que muchas otras incluyen bombas, armas de fuego y la invocación de un leñador con un rifle junto a un soldado de la segunda guerra mundial.
El dibujante y empresario de juguetes Todd McFarlane, creó la línea de juguetes McFarlane Toys; Twisted Fairy Tales, versión gore de los cuentos clásicos, incluye una muñeca de Caperucita Roja con aspecto gótico sosteniendo a un lobo descuartizado.
En la película Hard Candy, el personaje de Ellen Page aparece al final de la película vestida con una caperucita roja, en alusión a su personaje que parecía ser una niña indefensa.
UNA CANCIÓN DE LOS ILEGALES SOBRE CAPERUCITA ROJA


                  BUMBURY Y PEDRO GUERRA



Caperucita Roja (Versión Charles Perrault, inclído en su libro Cuentos de Antaño)
(Cuento Completo)
Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja.
Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo.

-Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.

Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. Él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo:

-Voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.

-¿Vive muy lejos? -le dijo el lobo.

-¡Oh, sí! -dijo Caperucita Roja-, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo.

-Pues bien -dijo el lobo-, yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tú por aquél, y veremos quién llega primero.

El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos con las florecillas que encontraba. Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc.

-¿Quién es?

-Es su nieta, Caperucita Roja -dijo el lobo, disfrazando la voz-, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.

La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó:

-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.

El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc.

-¿Quién es?

Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó:

-Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.

El lobo le gritó, suavizando un poco la voz:

-Tira la aldaba y el cerrojo caerá.

Caperucita Roja tiró la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada:

-Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo.

Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir. Ella le dijo:

-Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes!

-Es para abrazarte mejor, hija mía.

-Abuela, ¡qué piernas tan grandes tiene!

-Es para correr mejor, hija mía.

Abuela, ¡qué orejas tan grandes tiene!

-Es para oírte mejor, hija mía.

-Abuela, ¡qué ojos tan grandes tiene!

-Es para verte mejor, hija mía.

-Abuela, ¡qué dientes tan grandes tiene!

-¡Para comerte mejor!

Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió.

           FIN 

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