POEMA DÍA X/XII/2014: "Los Pitucos",M.Benedetti
LOS PITUCOS
Hijo mío,
recuérdalo,
son éstos los pitucos,
tienen un aire
verdad
que es un desaire,
tienen la marca
verdad
de su comarca.
Mira,
son los pitucos,
nacen junto a la rambla,
espiran el salitre,
le hacen guiños al sol,
se rascan el ombligo
duermen siestas feroces,
besan con labios blandos
y en la rambla se mueren
y van al paraíso
y claro
el paraíso
es también una rambla.
Fíjate bien,
son ellos,
los pitucos,
casi una raza aparte
son nietos de estancierros,
primos de senadores,
sobrinos de sobrinos,
de heroicos industriales,
son ágiles,
imberbes,
deportistas,
cornudos.
Mira cómo te miran
bajo sus lentes negros,
pero no te preocupes,
en el fondo
son buenos.
Aman los dividendos,
escuchan a Stravinsky,
se bañan diariamente,
con jabón perfumado,
y a la hora del crepúsculo
bajan todos al Centro.
Hijo mío,
prométeme,
nunca intentes hacerles
zancadillas.
Los pitucos son tenues,
los pitucos son blandos,
una bocina,
un grito,
a veces una huelga
les arruinan el alma.
En ocasiones,
raras ocasiones,
se hacen los malos,
dicen palabrotas,
pero después se mueren
de vergüenza
y allá en su diario íntimo
se azotan con metáforas.
Hijo mío,
recuérdalo,
son éstos los pitucos,
tienen un pelo
verdad
que es terciopelo,
una cadencia
verdad,
que es decadencia.
Tú
déjalos pasar,
son de otra raza
admíralos,
toléralos,
apláudelos,
escúpelos,
tírales caramelos,
cualquier cosa.
Después,
cuando seas grande
y tengas un hijo,
lo tomas de la mano,
lo traes aquí a la rambla
y sin darle importancia
le dices
hijo mío
son ésos los pitucos.
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