Páginas

miércoles, 1 de julio de 2015

ALEX RIGOLA

ALEX RIGOLA


-En el teatro, lo que vemos es gente relacionándose de una manera u otra. El teatro reflexiona sobre lo que ya conocemos. A veces sirve como aprendizaje de lo que no sabemos, pero en general suele ser un reflejo exagerado de nuestra propia vida. Es un parar y observarnos a nosotros. Y eso es lo más interesante del teatro, que no hay varios temas, sino un único tema, el propio ser humano.
-El teatro tiene que ser un espejo de la realidad, más cóncavo o más convexo, para que cada uno de los espectadores tome parte y decida cuál es nuestro destino, y qué está dispuesto a hacer para ello; el pensamiento se puede transformar en acción; eso es libertad de cada uno, el teatro debe de crear debate. Yo siempre creeré en el ser humano y, a pesar de estas bajadas casi al abismo, hay que pensar que finalmente el ser humano es sabio y siempre sabe cómo recolocarse…
-En este momento, hay tres polos importantes. Buenos Aires, que tienen mucho que ver con la autoría, Berlín, que tiene que ver con la escenificación, y Bélgica, y tiene que ver con la nueva creación. Alemania y Bélgica tienen artistas asociados a teatros públicos con bastante libertad y capacidad de mando. Y Argentina es el mejor ejemplo justo en un momento de crisis como éste, ellos que viven en una crisis continua han regresado a las esencias del teatro, que son las historias y los actores. Ahora, para ver todo esto, siempre nos queda París, que sigue siendo el gran escenario exhibidor.
-Nunca he entendido el teatro separado de la música y en la mayoría de mis montajes encuentro la inspiración en la música. Muchas veces comprendo mis montajes a través de una canción y pido que la escenografía o la iluminación respire esa música.


-Si la obra de un artista da una nueva visión o hace que tú como espectador tengas que mirar la historia desde otra perspectiva está ya todo ganado, aunque luego te guste más una estética que otra.
-El que crea que el teatro es lo único que nos puede redimir de lo que sea, necesita redimirse de tal gilipollez. En todo caso es una forma de narración que nos ayuda a reflexionar, a pasar el tiempo, a llorar, a respirar, a gozar... y algunas veces a dormir.
-Todo está inventado, todo debe reinventarse: la forma de atraer al público no debe ser la reproducción exacta del montaje original o de lo que escénicamente es posible. En el fondo lo que hay que hacer es lograr que el público siga el drama y al mismo tiempo que se haga preguntas.
-Creo que hay que dar espacio a lo marginal igual que lo tiene lo colectivo. Es en los abismos donde crecen nuevas formas de belleza. Y no hablo del arte únicamente. Solo dejando que lo diferente conviva con lo colectivo lograremos avanzar.
El teatro, todo el teatro habla de una sola cosa: el ser humano.No hay un espectáculo que no hable del ser humano.No es verdad que un espectá-
culo hable, por ejemplo, de la ecología; reflexionamos sobre cómo el hombre aborda el tema de la ecología, cómo nos movemos y cómo elegimos nuestras ideas, pero siempre sobre el ser humano, siempre por esta indagación de querer conocer más al ser humano.


-Al principio me atraían los temas sobre las relaciones de poder, pero después intenté preguntarme por qué hacía teatro y por qué al espectador le gustaba ir al teatro. Creo que va para conocer un poco más al ser humano y para conocerse a sí mismo. El ser humano es un animal de origen egoísta, quizá así aprende a ser un poco mejor.
-Muchas veces defendemos el espacio vacío, pero tenemos dudas... a veces tendemos al espacio vacío por un problema económico. Cuando lo teorizó Peter Brook es porque cree en el espacio vacío, pero eso no quiere decir que le vaya a todos los textos.
-Los teatros públicos tienen diversas funciones, dependiendo de si son estatales, municipales... Pero hay una función independientemente de eso, la de crear tejido teatral y no sólo buscar el contento de un votante fácil.
-Pienso que las obras escénicas nunca han de ser piezas de museo.
-Después de ocho años, los cargos públicos relacionados con lo artístico tienen que cambiarse: para refrescar a la ciudad, para refrescar al personal del propio teatro y para refrescar a los compañeros de la profesión.
-En el circuito español desgraciadamente sí. Si quieres hacer una gira grande, es muy difícil si no haces un clásico, ya sea Shakespeare o Lope . Pero si vas con un autor contemporáneo tienes una gira limitada.
-Yo cerré el teatro a muchos, muchos artistas, y no porque fueran buenos o malos, sino porque consideré que había unos a los cuales tenía que invitar y que han formado parte de la singularidad de este teatro. Yo creo que hay que dar absoluta libertad al director del teatro, pero también que un teatro público no es café para todos. Precisamente porque seleccioné a quien quise, mi etapa tiene que tener un fin para que entren otros.


No hay comentarios:

Publicar un comentario