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lunes, 24 de febrero de 2014

GARDI HUTTER,LA GRAN PAYASA: "Ser simple es complicado..."

     GARDI HUTTER,LA GRAN PAYASA: "Ser simple es complicado..."


  
Esta mujer de origen suizo, aunque con parte de su corazón italiano, tiene 60 años y una habilidad especial para sorprender al público gracias a sus espectáculos llenos de magia y encanto. Debutó como clown en solitario en 1981 con el espectáculo de creación propia "Jeanne d´Arppó", tras su paso por la Academia de Arte de Zurich y sus estudios en Milán con grandes maestros como Mario Gonzales, Nani Colombaioni o Ferrucio Cainero. A Gardi Hutter, la prensa internacional la considera un fenómeno extraño: miles de artículos intentan poner palabras a su "arte fresco, divertido, brillante, encantador, tierno, fascinante, humano, femenino, etc…".



                       "Jeanne d´Arppó"

Hutter ha realizado más de 2.700 representaciones teatrales en más de veinte países de cuatro continentes. 
Gardi Hutter empezó en el mundo del clown porque su talento no encontraba papeles adecuados para desarrollar en el teatro. “En el teatro moderno no hay buenos papeles para actrices cómicas”,
“Los roles de las mujeres son siempre trágicos, metáforas del amor y de la belleza”, abunda. El alejamiento con ese tipo de personajes le llevó a estudiar para convertirse en payasa.




La sastra, uno de sus espectáculos más aclamados,utiliza el motivo de la muerte para provocar risa. La artista ha creado un ambiente que resulte familiar para el público, el de una sastra o modista envuelta por los instrumentos típicos del oficio: una mesa de madera, una cinta de medir, rollos de tela, agujas y muñecas de trapo. “Quería crear un pequeño universo que todo el mundo conozca, que evoque el recuerdo de una abuela, una tía o alguien de la familia”
La escenografía y el argumento del espectáculo buscan abrir el corazón del público a las emociones que provoca una obra muda que se sirve de música y proyecciones para completar la historia.
La sastra busca provocar esa “risa final”, como la llama la artista: la carcajada ante la muerte, un evento trágico del que sin embargo nadie se puede librar. A la modista le llega el momento de la muerte en plena obra y ella decide aceptarlo, pero pide una prórroga. “Le dice a la muerte que vale, que se la lleve, pero que le deje fumarse un cigarro”, resume Hutter.



                           La sastra


En el trasfondo del espectáculo yace una honda reflexión sobre la actitud de la sociedad ante un hecho inevitable. “En el mundo moderno no se habla de la muerte y se excluye la posibilidad de una muerte buena”, dice Hutter. El tabú impide que podamos aligerar el peso ante el anunciado final. La payasa está convencida de que reírse de la muerte “nos pone en paz con la realidad” y ayuda a no dar rienda suelta al miedo.
Así que el destino es el gran tema del espectáculo. “En una de sus rocambolescas y divertidas peripecias la sastra tiene un pequeño accidente”, explica el programa de la actuación. 
“El clown, la figura inmortal en el imaginario colectivo, transita entre la vida y la muerte”. Para representar ese nebuloso viaje Hutter utiliza las proyecciones. A pesar de la densidad del tema, dice la payasa que el público se ríe en cantidad. 
Ser simple es complicado,en realidad es mucho más fácil ser complicado”,la habilidad del clown, debe ser la capacidad de simplificar, de reducir la complejidad de la realidad en algo muy simple opina la artista, y más en un contexto en que todo lo inventa el clown, que no tiene guión previo cuando se pone a trabajar. “El clown es un número primo, indivisible. Es muy difícil ser original y no una copia de otro."

El clown es una deformación exagerada de la realidad. “En el personaje busco el extremo, la máxima catástrofe”, dice Hutter, “mientras que en mi vida privada lo que busco es el equilibrio”. El clown es personal pero no privado, sale de un mecanismo dramático propio y cobra forma a base de ir depurando añadidos innecesarios. “Alrededor de la sastra todo es catástrofe, pero ella es indestructible”, explica la payasa. La sastra milita en un lado diferente de la realidad: “Ella no está gorda. Es el espejo el que es demasiado pequeño”. Hutter defiende su personaje como la expresión de la máxima libertad, de una vida con los mínimos condicionantes.
En resumen, una de las mejores clowns del mundo.

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