MARINA ABRAMOVIC
-La gente piensa con nostalgia que antes las performances eran más radicales. Te cortabas, te desnudabas, pero ahora son un proceso más mental. Entonces, tu público podían ser 10 personas, así que en verdad casi nadie las vio. Los museos aceptan hoy las performances como el vídeo o la fotografía, pero ha llevado mucho más tiempo ganarse el respeto. Ha habido un cambio radical: cuando empecé me querían encerrar en un manicomio porque creían que estaba loca, y hoy me alaban.
-Para mí el arte es un estado mental, es el oxígeno de la sociedad, es mostrarte al público sin tapujos, algo tan sencillo como eso, durante todos los días. Al principio realizaba acciones muy físicas para llegar a la mente, pero lo más difícil es llegar ahí, a la mente. El aspecto físico del cuerpo es más fácil, aunque puede resultar más espectacular o más dramático, pero eso es sólo el cuerpo. Lo importante es la mente, la mente es el universo. Estamos rodeados de tecnología, pero estamos perdiendo la posibilidad de mirar dentro de nosotros mismos, porque estamos siempre ocupados con los teléfonos, la televisión... no tenemos tiempo de detenernos y mirar dentro de nosotros mismos.
-Nadie puede escaparse de sí mismo. Un artista siempre está afectado por su vida personal. Este es el material con el que trabajas;cuanto más profundo te involucras con tu vida personal, más universalmente vas a llegar a los otros: las personas, cuando ven una de mis performances, vienen a ver mi biografía, pero también la de ellos.
- El arte es un servicio, y es importante alejarte de tu ego, de tu comodidad, estar disponible y ser humilde, asegurarte de que tu trabajo se entiende. En este momento de mi vida tengo más responsabilidad que nunca.
-La performance no existe sin el público. Nunca la haría en mi casa. ¿Por qué? Pues porque necesito al público porque utilizo su energía, la traduzco y se la devuelvo. Con los años he conseguido crear experiencias individuales que se suman a las del grupo, y la duración es importante porque necesito tiempo para lograr cierto estado mental. Solo entonces la comunicación es fuerte e inmaterial. Por eso es una forma de arte difícil, pues tiene que ver con los sentimientos. Por eso lo comparo con la música.
-Yo nunca ensayo, no puedo ensayar. Esa es la diferencia entre el teatro y la performance.
-Si te instalas frente a un público en situaciones de riesgo, automáticamente concentras con tu mente y cuerpo, la existencia en el presente, aquí y ahora. Lo mismo pasa con la gente que está presenciando tu actuación.
-Hay diferentes tipos de poder y generalmente no me gusta ninguno de ellos, ya que supone que hay control de uno sobre otro. El único poder con el que me relaciono es con aquel que emana de la energía positiva.
-Siempre he estado interesada en los aspectos espirituales del arte. El budismo tibetano y la cultura de los aborígenes han sido fuentes fundamentales de mi desarrollo artístico
- Cada 'performance' tenía su propia idea, su propio concepto. Ahora mismo para mí es muy importante el Método, porque entrego los instrumentos para que otros hagan sus propias 'performances', para que estén con ellos mismos. Las 'performances' son sobre energía, son una reflexión sobre tu responsabilidad en el mundo. Es una manera muy inmaterial de arte, no es una pintura.
-Las imágenes arquetípicas suelen parecer siempre contemporáneas. Son imágenes que reconocemos en lo profundo de nuestro subconsciente. Pienso que la tarea del artista es reconocer estos arquetipos, darles una vuelta, y hacerlos actuales otra vez. Ser conscientes de ellos.
- Cuando se está realizando una 'performance', estás por encima de ti mismo. En mi vida nunca haría cosas así, pero en las 'performances' me someto a tareas muy duras, hice cosas que temía, cosas que no me gustaban.
-Por supuesto, necesito sentir el riesgo, porque no tengo ningún interés en repetirme a mí misma. Muchos artistas encuentran una idea y vuelven a ella una vez y otra y otra y otra. A mí me gusta entrar en territorios donde nunca he estado y que me inquietan. Es justo lo que va a suceder ahora. No tengo ideas ni materiales, salvo el público, un material vivo, y el momento presente. Y tengo que pensar cómo puedo hacer algo a partir de la nada. Es una locura. Hay artistas que van a un museo, cuelgan sus obras y ya está. Yo voy a un museo que estará vacío, voy a abrir la puerta cada día y a cerrarla también cada día y el público es un material vivo y cada día es diferente. Es muy nuevo y muy radical y puede que sea un fracaso.
-Lo de la violencia, masturbarse, cagar… ya lo hicimos. Ahora se trata de descubrir qué hay en nuestra mente. Solo entendemos el 33% de nuestro cerebro, así que no sabemos una mierda.
-De pequeña tenía muchísimo pudor, me daba vergüenza caminar por la calle, pero a través de la perfomance he conseguido superar ese pudor. Me gusta mostrarme vulnerable, me gusta mostrar los aspectos de mi vida y sus contradicciones y esas contradicciones me acercan al público, porque nadie es perfecto. En esta exposición, por ejemplo, lo importante no es sólo lo que yo vivo, sino la experiencia del público
-Cada vez que una performance duracional ocurre, siento que también ocurre una transformación, no sólo física sino también dentro de mí y en el público.Por eso las performances de larga duración son muy importantes: en las performances cortas, sí, pasa algo. Pero si duran 2, 3 meses, eso se convierte en real, en algo vivo. En algo transformador.
- En la performance tienes que lograr transmitir energía; si no, se vuelve aburrida y la obra entonces no es buena. Pero para crear energía, tienes que saber cómo sacar energía fuera de vos y hacia los demás.
-En toda cultura hay chamanes o curadores que resisten un dolor físico increíble porque es una puerta que se abre al inconsciente. Es también la forma en que podemos controlar el dolor; es la forma de controlar todo. Es la clave.”
-Una vez un crítico en EE.UU. me dijo que odiaba mi trabajo porque le hacía llorar. La mayoría de los críticos siempre han intentado entender mi obra intelectualmente, pero no emocionalmente.
-A los alumnos los preparo para que sean capaces de… de ver como una luz que pasara y dejase todo en calma absoluta. Normalmente no sabemos hacerlo porque estamos ocupados, ansiosos. Cuando he trabajado con gente joven el choque es fuerte porque no se creen que puedan estar sin auriculares escuchando heavy metal. Cuando hay silencio, te reencuentras contigo mismo. Y mi método busca cambiar las cosas, pero si no cambiamos antes nuestra consciencia, no podremos cambiar el mundo. Y si no cambiamos el mundo, alguien lo hará por nosotros.
- Con mis alumnos propongo a veces abrir una puerta, sin entrar ni salir, tres horas, lentamente. La puerta se convierte en algo que transmuta. La repetición, en todos los rituales, desempeña su papel, transmite una energía concreta y abre la conciencia. La salvación está en la sencillez.
-Hace un par de años me pidieron un trabajo que usara imágenes pornográficas. Fue un reto para mí porque nunca antes había hecho nada en torno a ese asunto. Estuve viendo películas porno pero no me inspiraban nada. La forma en que era tratado el cuerpo de la mujer era siempre demasiado estereotipado. Para mí lo interesante es el aspecto espiritual del sexo. Así es que decidí que lo más interesante era rebuscar en mi propia cultura. Fui a Belgrado y en la biblioteca investigué en el folclor antiguo, anterior al comunismo y al socialismo. Incluso a pesar del cristianismo conservamos muchos ritos paganos explícitamente sexuales. Pero lo eran de una forma distinta en la que el cuerpo era utilizado como herramienta o como medio para propiciar la fertilidad de la tierra, para pedir lluvias, para la sanación... La energía sexual era transformada para el contacto con las energías invisibles. Investigué más y di con unos rituales muy interesantes que luego utilicé para dos trabajos. Uno es una instalación de vídeo titulada Balkan Erotic Epic, y la otra es un cortometraje en el que yo hago de profesora enseñando a los alumnos estos rituales, puestos en escena por un grupo de gente que elegí a partir de un largo casting y la preparación de esta gente durante dos años en Belgrado.
-La cultura occidental ha vulgarizado la imagen de los cuerpos desnudos, transformando el erotismo en pornografía. Por eso, investigué antiguas tradiciones en la que los órganos sexuales eran utilizados como herramientas de sanación o canales para comunicarse con los dioses
- A mí no me importa que sean hombres o mujeres, lo que intento es usar los órganos sexuales como vehículo para indagar en su poder y conectarlo con la energía espiritual. Cuando ves estas piezas no encuentras nada pornográfico en ellas, se convierten en otra cosa. Ves los genitales desde otra perspectiva. He querido ofrecer un punto de vista distinto al habitual.
-La muerte [dice en castellano dramáticamente]. Me encanta cómo suena esa palabra en español [ríe]. ¿Sabes por qué? Porque amo las corridas de toros, he ido a muchas, he leído a Hemingway... Las corridas simbolizan la oscuridad y la luz... me entristece que en Barcelona las hayan prohibido. Es muy estúpido prohibir una tradición que viene del alma… La muerte es importante y por eso lo he organizado todo. No voy a vivir siempre.
-Nuestros tiempos están tomados por la tecnología. La tecnología realmente está tomando todo lo que tenemos. Ya no hay un tiempo privado para nosotros mismos. Y cuando uno logra hacerse un tiempo para uno mismo –y usando los métodos de la performance sería una alternativa-, uno comienza a experimentar la vida de otra manera y a pensar en responsabilidades, y a tomar parte en ellas.