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jueves, 11 de junio de 2015

JERZY GROTOWSKI


- Al principio surgieron diversas cuestiones: ¿Por qué un escenario? ¿Por qué un
vestuario? ¿Por qué utilizar luces? ¿Por qué maquillaje? ¿Por qué música grabada? ¿Por qué encargarse de todo esto si el teatro puede ser simplemente una búsqueda de la verdad entre las personas? Y no en el sentido de la profesión, sino a un nivel puramente humano.
-Pienso que el teatro debería tratarse como una casa que ya ha sido abandonada,
como algo innecesario, como algo que no es indispensable. [...] Lo que digo es que la función del teatro, que en el pasado era evidente, está desapareciendo. Lo que rige es más un automatismo cultural que una necesidad.
-No nos interesa la persona que va al teatro para satisfacer una necesidad social y tener un contacto con la cultura; en otras palabras, para tener algo que decir a sus amigos (...). No estamos allí para satisfacer sus ‘necesidades culturales’. Eso sería un fraude
-Consideramos al texto como un trampolín, no como un modelo, y esto no porque despreciemos la literatura, sino porque no es en la literatura donde se encuentra la parte credora del teatro, pese a que las grandes obras dramáticas sean para esta creación un aguijón de valor inestimable."
- El actor debería rehusar hacer desde su personalidad conocida por los demás:
elaborada, calculada, preparada para los demás como una máscara. Por cierto, a
menudo no se trata de una sola personalidad, sino de dos, tres, cuatro... por lo que
he podido descubrir. Es por eso que el actor debería buscar aquello que –como Teófilo de Antioquía– llamo «su Hombre»: «Muéstrame tu Hombre y te mostraré mi Dios».


-“El Performer, con mayúscula, es el hombre de acción. No es alguien que hace el
papel de otro. Él es el doer, el sacerdote, el guerrero: está fuera de los géneros estéticos
(...) un rebelde que debe conquistar el conocimiento (…) el hombre de conocimiento
dispone del doing, del hacer y no de ideas o teorías (…) el conocimiento es una cuestión de hacer.
El Performer debe desarrollar no un organismo masa, organismo de músculos,
atlético, sino un organismo-canal a través del cual las fuerzas circulan.”
-Los verdaderos artistas no llevan una vida placentera y no son aclamados y levantados en vilo desde el principio.
-El arte es profundamente rebelde. Los malos artistas hablan de la rebelión, pero los verdaderos artistas hacen la rebelión.
-El teatro pobre no le ofrece al actor la posibilidad de un éxito diario. Desafía la concepción burguesa de un estándar de vida, propone la sustitución de una riqueza material por la riqueza moral que es su principal objetivo en la vida
-Ante todo, el teatro europeo no es homogéneo, por ejemplo, en culturas extremadamente sofisticadas como en India, se presentan disociaciones entre el rito y el teatro, en cambio, en otras culturas como la africana o la haitiana, que de cierta forma es de origen africano, esta disociación entre el ritual y las formas teatrales es difícil de encontrar. Por ejemplo, el rito vudú es frecuentemente considerado por los europeos como teatro tradicional, en cambio, para las personas ligadas a él, se trata de un ritual –dicho de manera más delicada– a pesar de que surjan muchos elementos de teatralización.



-He mencionado la renuncia que nos dictó este trabajo. Incluso en mi interior esta
renuncia no era consciente. Ni tan siquiera yo era consciente de ello. Un día, durante la gira, después del primer estreno, uno de mis colegas hizo un comentario positivo sobre mi trabajo, y yo le respondí: «Me he
sentido perdido tantas veces durante este
tiempo». Entonces él respondió: «Todo lo que vi fue siempre la renuncia a fingir».
Renuncia. Creo que éste fue el único tema de nuestro trabajo en Apocalysis cum figuris.
-Se hace difícil decir cómo lo simbólico opera en lo que llamáis «espectáculo». Actualmente,para nosotros, el síntoma es
mucho más importante que el signo. Ludwik Flaszen lo analizó, pero yo lo diré de
otra forma: lo que es importante es compartir el ser humano completo como se
comparte el pan. Cuando el hombre no se esconde, cuando revela todo su ser, es santo y puro. Entonces el hombre es tal y como es –soy lo que soy. No se defiende. Eso es todo. No es que eso deba significar esto, o aquello. Todo se revela por la tangibilidad de su acto, por el hecho de que, por un momento, uno es como es.
-Si el actor, al plantearse públicamente como un desafío, desafía a otros y a través del exceso, la profanación y el sacrilegio injurioso se revela a sí mismo deshaciéndose de su máscara cotidiana, hace posible que el espectador lleve a cabo un proceso similar de autopenetración.
-¿Por qué estoy en contra de la concepción de los ejercicios como “perfeccionamiento”?. Quien presupone perfeccionarse, en realidad retarda el Acto. Quien dice: me perfecciono éticamente -cada día voy a mentir menos-, afirma en efecto que va a mentir.


-Y es entonces cuando se libera aquello que no ha sido fijado conscientemente,
aquello que es menos perceptible pero de alguna manera más esencial que la acción física. Es aún físico, pero ya prefísico. Lo llamo «impulso». Cada acción física está precedida de un movimiento subcutáneo
que fluye del interior del cuerpo, desconocido pero tangible. El impulso no existe sin
el partner, no en el sentido de un compañero de escena, sino en el sentido de otra existencia humana.
-La nuestra es una vía negativa (...), es la destrucción de obstáculos. (...) Trato de romper la resistencia que el organismo del actor opone a los procesos psíquicos.
-No queremos enseñarle al actor un conjunto preestablecido de técnicas o proporcionarle fórmulas para que salga de apuros. El nuestro no intenta ser un método deductivo de técnicas coleccionadas: todo se concentra en un esfuerzo por lograr la "madurez" del actor que se expresa a través de una tensión elevada al extremo, de una desnudez total, de una exposición absoluta de su propia intimidad: y todo esto sin que se manifieste el menor asomo de egotismo o autorregodeo. El actor se entrega totalmente; es una técnica del "trance" y de la integración de todas las potencias psíquicas y corporales del actor, que emergen de las capas más íntimas de su ser y de su instinto, y que surgen en una especie de: "transiluminación”
-El actor necesita generarse una necesidad de trabajo cotidiano como un bailarín o un músico. Es un investigador que tiene una vocación y hace “una búsqueda radical” en las acciones de su cuerpo. De esta forma, “los actores tienen una concepción de sí mismos menos divina y más artesana.
-Impulsos que brotan del cuerpo, de la organicidad, emergen en momentos impor-tantes de la vida. En los momentos de gran alegría, en los momentos de amor y de maldad,en los momentos más intensos de nuestras vidas. Cuando no estamos divididos sino completos. [...] Es un hacer particular.Es como una corriente, como algo que fluye en el espacio y el tiempo. No se cierra. Está siempre en movimiento. Cuenta con tan sólo algunos momentos de apoyo preprogramados. E incluye siempre una fase inicial, necesaria para que las personas dejen de tener miedo unas de otra.


1 comentario:

  1. "transiluminación"...ahora ya sé cómo se llama...:)

    Muchas gracias por colgar estos pensamientos, son altamente inspiradores.

    Besos¡¡

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