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miércoles, 3 de junio de 2015

HEINER MÜLLER

HEINER MÜLLER



-"Grandes debates, "la crisis del teatro". El teatro es crisis. Esa es en realidad la definición del teatro (debería serlo). Sólo puede funcionar como crisis y en crisis; de lo contrario, no tiene ninguna relación con la sociedad fuera del teatro." -
-"Habría que cerrar los teatros por un año, y ver si la gente nota la diferencia, y si no, el teatro no está cumpliendo su misión..."
-"El hecho de no ser inmediatamente accesible tiene sus ventajas…La accesibilidad va de par con la comercialización… el éxito llega siempre antes de que haya producido un verdadero impacto….Sólo puede haber impacto si en el teatro el público está dividido, si se lo enfrenta con la realidad. Pero esto significa que no habrá ni unanimidad ni éxito. Hay éxito cuando todo el mundo aplaude, lo que equivale a que no hay nada más que decir”
“La vida es que algo sucede, que algo pasa. Cuando nada más pasa, entonces todo terminó”.
-"Mientras menos ves, más describes"
-“Lo que se elimina es la experiencia...Como lo ha observado Walter Benjamín, la fotografía turística conduce a la extinción de la memoria. El que no puede recordar no tiene ya experiencias. Los sentidos son colonizados por las máquinas”.
-“¿Qué son los adulterios de la Antigüedad ante la copulación con la bomba?... Yo querría ser una grúa mecánica, solo con la nieve….¿Qué sé de mí? Las montañas de la luna son para mí una tierra menos extraña” (“La construcción”). O “…aquí se inventa el hombre nuevo. El hombre máquina. Por qué no probar”.



-El problema del escritor es que cae con frecuencia en lo aparente, la superficie, y habla de lo que no sabe, de sus propios tics, para al final no decir nada. Hay que volverse a encontrar con el odio, como le gustaba repetir a Brecht. Hay que volverse a encontrar con el odio si uno no quiere producir frases que pasado un tiempo se multipliquen por cero.
-Teatro para mí son muchas cosas, y minimizar su espacio, incluso el-hecho-teatral-en-sí-mismo, a determinadas neurosis o ideas fijas que provengan de la infancia es la peor interpretación que se pueda hacer de un Freud o de los integrantes del Círculo de Viena, en el caso de que aún nos fíemos de ellos. El problema de determinadas jergas es que reducen todo a un solo y único hecho.
El “alma visible” es una manera demasiado bonita de nombrar algo que estaba esencialmente podrido y fuera-de-foco en esa ideología que hace ya un tiempo se hundió pero que considero tampoco era el mal absoluto. De hecho, a pesar de que siempre fui muy crítico con el socialismo y su reductio ab absurdum de la vida de los alemanes orientales, pienso que había cosas o valores que realmente eran importantes, salvables. Lo malo de un sistema es que es como un barco, cuando se hunde, lo arrastra todo, incluso lo que debería sobrevivir.
- El problema de la muerte, por lo menos en Occidente, es que tiene demasiada moral atrás, demasiada religión, y la gente no tiende a concebirlo como un proceso, un bucle que no es vertical ni horizontal. Y para que algo pueda ser sometido a la moledora de carne que es el teatro mismo tiene que ser negativo, además de poder ser leído como proceso. Es decir, la muerte por la muerte misma no me interesa. A la muerte por la muerte misma le falta negación, contracultura, enfermedad. Es decir, todo eso que a mí me interesa “destruir”.
-Mi impulso más fuerte consiste en reducir las cosas a su esqueleto, arrancándoles la mayor cantidad de carne que sea posible. De esta experiencia sale mi Hamlet, mis obras sobre la historia alemana, el Bildbeschreibung que hace unos años monté con Bob Wilson en Graz; mi autobiografía… El teatro o destruye lo establecido o no tiene sentido.


-El teatro quizá sea el arte más antiguo y, sin dudas, el que más capacidad de futuro posee. Y mientras menos “teatro” sea, mejor. Eso es lo que se aprende viendo a Artaud, Samuel Beckett, Brecht… El teatro no tiene que ser narrativo ni visual. Tampoco una mezcla de los dos conceptos. El teatro tiene que concentrarse en su propio delirio, su diferencia. Y mientras más diferente y neurótico sea, mejor. Las única manera de hablarle al presente es desde la obsesión y la inactualidad. Cualquier obra que se respete tiene que ser profundamente in-actual.
-"El teatro es - si se considera al teatro como medio en un paisaje mediático - el único lugar donde todavía ocurren cosas en vivo. El espectador está físicamente presente, el actor está presente físicamente, no es una conserva y cada función es diferente, aunque se trate de la misma obra, la misma puesta en escena, los mismos actores, incluso si el público fuera el mismo: cada función es distinta. Aquello sobre lo que puede existir consenso en el teatro, pese a todas las diferencias en el público - es decir, intereses diversos, necesidades distintas, pero hay un denominador común -, es el terror, es decir, el miedo a la transformación. La transformación última es la muerte, en el teatro ... El elemento básico del teatro es la transformación, entonces el teatro siempre tiene que ver con la muerte y es un exorcismo, si es que es bueno. Eso es lo que la gente no obtiene de la televisión ni tampoco del cine. - Alguna vez Chaikin lo formuló así, una vez hablamos de eso: lo específico del teatro no es sólo la presencia del actor vivo y del espectador vivo, sino la presencia del actor que muere y del espectador que muere. El momento en que uno está vivo, es uno que se acerca a la muerte; uno vive aproximándose a la muerte y siempre un actor puede morir en el escenario, por una casualidad o lo que sea; también puede morir un espectador durante la representación de la obra. Si un espectador de televisión muere, la televisión no lo nota, eso no afecta en absoluto la emisión del programa. Eso es justamente lo que el teatro no puede ignorar. Justo ahí radica la posibilidad que tiene el teatro, en el no poder ignorar algo así. En el teatro el ser humano no es intercambiable del todo; tampoco lo es el actor. Cuando se hace alguna modificación en el reparto, es necesario pensar un momento quién es el actor adecuado o la actriz adecuada. No se puede reemplazar a un actor por cualquier actor.
-Yo fui Hamlet. De pie ante la costa conversaba con el oleaje, BLABLA, detrás de mí yacían las ruinas de Europa. Las campanas anunciaron el funeral estatal, asesino y viuda una pareja. Los cortesanos en paso de ganso tras el ataúd de la importantísima carroña, llorando su ira mal pagada ¿QUIÉN ES EL CADÁVER EN LA CARROZA? / ¿POR QUIÉN TANTA AFLICCIÓN Y TANTO LLANTO? / ES EL CADÁVER DE ALGUIEN MUY GRANDE / UN HOMBRE GENEROSO EN LIMOSNAS el pueblo fielmente alineado, obra del arte político AQUÍ YACE UN HOMBRE QUE SE LLEVÓ TODO DE TODOS
-Aquí llega el fantasma que me fabricó, aún trae el hacha enterrada en el cráneo. Déjate el sombrero, ya sé que te sobran agujeros. Cómo hubiera deseado que mi madre tuviese uno de menos, cuando todavía residías en un cuerpo: Me habría evitado a mí mismo. Las mujeres deberían ser zurcidas, un mundo sin madres. Podríamos destrozarnos los unos a los otros en paz y en silencio, y con cierta confianza, cuando la vida se hiciera demasiado larga o la garganta demasiado estrecha para nuestros gritos.

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