BOB WILSON
-La experiencia es más importante que el pensamiento, experimentar algo es un modo de pensar. Estoy interesado en una experiencia visceral del cuerpo, la mente es un músculo, si levanto mi brazo es algo que estoy sintiendo, y eso es un pensamiento real. El teatro es un comportamiento animal.
-Mi primer contacto con el arte fue a través de la arquitectura y la pintura. Entonces, todo lo que hago, naturalmente, tiene una importante parte visual en términos de luz, gestos y escenografía. El teatro me permite juntar ese interés por la pintura, la música, la luz, la escultura, la arquitectura y el movimiento. Por eso, no fue una elección. El teatro vino a mí. Pasó como por accidente. No fue algo que estudié o que alguna vez pensé o planeé hacer.
-Cuando era niño me curé de la tartamudez con la bailarina de ballet Byrd Hoffmann simplemente ralentizando mi ritmo y mis movimientos corporales. Eso marcó toda mi estética, vinculada con la lentitud. Si el actor hace un gesto, lo vemos; si dice un texto, lo escuchamos pero puede que no se corresponda con lo que sentimos. Cuando un actor interpreta un texto, se vuelve muy complicado, muy intelectual para el público. En mi teatro lo que escuchamos debe ser tan importante como lo que vemos. Por eso no tiene nada que ver con la historia del teatro.
-El lenguaje visual es universal. Idealmente, el teatro es para todos los públicos; puede ser para cualquier persona: desde un chico a un anciano, desde alguien sin educación a alguien con un alto nivel universitario. Un hombre de la calle debería poder entrar al teatro y entender algo. El teatro es un foro donde se reúne la gente para ver y oír, estar y pensar.
-Para mí la representación no es un ejercicio intelectual, la mayoría del teatro que he visto últimamente es un teatro muy intelectual en el que los actores están todo el rato pensando y pensando.
-La razón de mi trabajo es que el artista se haga preguntas, y no cuente lo que es, sino que se pregunte qué es esto.
-El teatro es el lugar en el que todas las formas de arte pueden encontrarse.
-Tengo el mismo interés en el texto, la música, las luces, la palabra, el espacio... Todo tiene que ir unido para crear un trabajo que respire todos los elementos.Y en esa coexistencia hay sitio para la música, la danza, la interpretación y los aspectos visuales.
-Siempre insisto en la luz porque si no hay luz, no hay espacio. Tengo que comprender la luz para entender lo que estoy haciendo desde el principio -explicó-. La luz es el elemento que te ayuda a escuchar mejor y a ver mejor, para mí es el elemento más importante en el teatro.
-Mi manera de trabajar no es sentarme y charlar. Yo busco construir una tensión. Pongo energías juntas, y a ver qué pueden hacer los demás con eso.
-Al principio pensaba que tenía que llegar a los ensayos con todas las ideas en mente, pero luego me di cuenta de que eso forzaba que la situación real se adaptase a ideas preconcebidas. Lo que hago desde hace ya unos años es llegar a los ensayos con ideas generales. Y allí lo determinante son las personas, los cuerpos, el espacio, la luz y el trabajo que se genera en ese conjunto.
-La vanguardia es redescubrir el pasado, y el pasado son los clásicos. Los clásicos son lo único que permanece. Sócrates decía que los bebés nacen sabiendo todo y el proceso de aprendizaje es sólo el develamiento del conocimiento. Soy simplemente un artista, y siempre hice lo que me pareció correcto, siempre basado en mi intuición. Nunca me propuse crear una nueva forma de hacer teatro.
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