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miércoles, 3 de junio de 2015

ALBERT VIDAL

ALBERT VIDAL


-¿Qué es la dramaturgia?
El arte de poner en orden los sentimientos, pasiones y emociones humanas en una aparente consecuencialidad que nos permita reflejarnos nosotros mismos, en las historias de los demás.
-El artista debería estar al servicio de su obra y permitir con su oficio, convertirse en puente transmisor de unas verdades que le superan.
-El artista performántico debe tener la condición física de un atleta y la mente de un sabio. Solo así podrá afrontar las cavernas y estratosferas de lo humano sin sucumbir a su propia subjetividad. Me gusta pensar en términos de paradigmas. En esto pienso que soy un hombre de otra época, pero no de una época pasada sino de una que está por venir. Esto es lo que yo llamo la Vía del Príncipe algo que nos separa cada vez más del alto porcentaje de ADN que compartimos aún con los simios. En esta nueva escala de superación humana la cabeza y el cuerpo forman una unidad homogénea que se traduce en alta estima y dignidad.

“En 40 años he ido metamorfoseándome, de un arquetipo a otro. Hay varios espectáculos que han sido pal de paller, pivote, en mi trayecto. El Bufón es uno. Luego da paso a la marioneta de El aperitivo, el entierro, la danza de silencio. Otro arquetipo es el hombre urbano, con los montajes que orbitaban a su alrededor, y luego alma de serpiente, con la necesidad de enterrarse, y de ahí el telurismo tántrico, el inicio del mito del advenimiento del Príncipe como deseada evolución del ser humano. Yo siempre he estado al servicio de un itinerario”.
-Mi preocupación más cercana es no ceder ante los embates de la estandarización que con caretas seductoras pueden alejar al creador de su itinerario. Cada uno de nosotros somos un ser único e irrepetible y de esencia divina y no debería haber excusa válida para comprometer esta armonía con el destino. Debemos mantener alerta siempre nuestro espíritu en un estado de revolución permanente. Sólo así podremos irradiar unos parámetros auténticos de renovación social. Mis referencias más vibrantes las hallo en las profundidades de mi ser. Quizás por eso siempre me ha fascinado la letargia de las serpientes.
-La emoción que produzcan las diferentes disciplinas artísticas en el público está en función de la caja de resonancia que este mismo público presente frente a ellas.
-Pienso que los buenos autores y compositores son los que me han conducido apreciar el silencio en la soledad de la montaña.

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